Los coches eléctricos han ganado popularidad gracias a su eficiencia, menor impacto ambiental y menores costos de mantenimiento en comparación con los vehículos de combustión. Sin embargo, aunque su mecánica es más sencilla y tienen menos piezas móviles, no están exentos de sufrir averías. A continuación, repasamos las principales averías de un coche eléctrico y cómo prevenirlas.
Hoy en día, no es imposible encontrar un taller para coche eléctrico. De hecho, cada vez hay más, ya sean porque son de nuevo cuño o porque los tradicionales también han ido añadiendo este servicio a los habituales. En cualquier caso, la movilidad eléctrica y todo lo que conlleva es una realidad en nuestra sociedad.
Pero cuidado. Hay un puñado de principales averías de un coche eléctrico
A continuación, te resumimos los problemas más habituales en esta clase de automóviles:
- Desgaste o fallo de la batería
El más delicado y, seguramente, el más relevante. La batería es el componente más importante y costoso de un coche eléctrico. Con el tiempo, su capacidad se reduce, lo que afecta directamente la autonomía del vehículo. Aunque los fabricantes diseñan baterías para durar cientos de miles de kilómetros, algunos factores pueden acelerar su desgaste, como las temperaturas extremas, la carga rápida frecuente y los ciclos de carga y descarga incompletos.
Para prolongar la vida útil de la batería, es recomendable evitar descargarla completamente, minimizar el uso de carga rápida y estacionar el coche en lugares con temperaturas moderadas. - Problemas en el sistema de carga
Esta es otra de las principales averías de un coche eléctrico. El sistema de carga es esencial para el funcionamiento del coche eléctrico. Los fallos pueden deberse a fallos en el cargador del vehículo, el cable de carga o el punto de carga externo. Algunos signos de problemas incluyen tiempos de carga más largos de lo habitual, mensajes de error en el tablero o la imposibilidad de iniciar la carga.
¿Y qué podemos hacer? Para prevenir estas situaciones, es importante utilizar cargadores homologados, revisar periódicamente los cables y conectores y asegurarse de que el punto de carga esté en buen estado. - Desgaste del sistema de frenos
Los coches eléctricos cuentan con un sistema de frenado regenerativo que ayuda a recargar la batería cuando se reduce la velocidad. Este sistema reduce el desgaste de los frenos convencionales, pero no los hace inmunes a fallos. El menor uso de los frenos tradicionales puede provocar que las pastillas y discos se deterioren con el tiempo debido a la falta de uso y acumulación de suciedad.
Realizar revisiones periódicas y usar los frenos convencionales de vez en cuando ayudará a mantenerlos en buen estado y evitar problemas de seguridad. - Fallos en el software y electrónica
El hecho de ser automóviles tan avanzados, hace que estos fallos sean habituales. Los coches eléctricos dependen en gran medida de sistemas electrónicos avanzados y software de control. Problemas en la programación, errores en las actualizaciones o fallos en sensores pueden generar fallos en el funcionamiento del vehículo. Para minimizar estos riesgos, es recomendable mantener actualizado el software del coche y acudir al servicio técnico ante cualquier alerta en el sistema.
Si bien los coches eléctricos tienen menos averías mecánicas que los de combustión, siguen requiriendo mantenimiento y cuidados específicos. Mantener la batería en buen estado, revisar el sistema de carga, cuidar los frenos y actualizar el software son claves para garantizar su buen funcionamiento y prolongar su vida útil.