Mantener en perfecto estado las diferentes partes del vehículo es fundamental para asegurar una conducción segura. Hay factores incontrolables, los cuales pueden causar una avería o un accidente, pero es tu obligación cuidar todos aquellos que dependen, exclusivamente, de tu estilo de conducción. Lo ideal es que el coche responda a todo lo que pides sobre la calzada y realiza todas las operaciones con soltura, sin que haya ningún tipo de riesgo. Uno de los espacios más importantes es el que tiene en su poder los tres pedales. Estamos hablando del acelerador, el freno y el embrague. ¿Cómo sé que tengo que cambiar el embrague del coche? Muchos se hacen esta pregunta y vamos a darte alguna respuesta.
Descubre cuándo debes cambiar el embrague del coche
Seguro que lo que esperas es que te digamos una cantidad concreta de vehículo o de tiempo que tiene que pasar para sustituirlo. No lo vamos a hacer, ya que no sería real cuantificar este cambio. No sucede como con el aceite o los frenos, que cada cierto tiempo son chequeados y cambiados. Para el embrague se necesita conducir y tener los cinco sentidos activados para sentir las diferentes sensaciones cada vez que es pisado o cada vez que se suelta. Es cierto que, como es habitual no haber notado nada raro nunca, quizá te cueste diferencia el momento en el que tienes que ser sustituido. ¡Te ayudamos!
Uno de los motivos por los que puede ser bueno cambiar el embrague del coche es porque ya no cumple con su principal función, que es ser prioritario para realizar un cambio de marcha. Pueden suceder dos cosas: la primera sería que las marchas no entran. Esto es fácil de distinguir y es un problema serio. Por otro lado. También puede pasar que, cuando intentas cambiar de marcha, suena un rascado bastante desagradable y la marcha entra con dificultad. Ten cuidado porque esto, en ocasiones, también se da porque estás muy lejos de los pedales y no terminas de pisar el embrague hasta el fondo.
¿Notas una sensibilidad distinta en este pedal? ¿No lo sientes como siempre? Si, de repente, notas el embrague muchos más blando o duro de lo normal, también hay que ir pensando en que, quizá, deba ser sustituido. En los casos menos graves se da por el hecho del propio paso del tiempo y el desgaste del pedal. Sin embargo, se puede dar el caso de que existe un problema hidráulico en el vehículo y que el mismo este afectando a la resistencia del embrague. Por eso, antes de que todo vaya a más, vete al taller más cercano y que sean los profesionales lo que valoren qué es lo que necesitas.
Otro aspecto que debes tener en cuenta es si se produce un olor a quemado cada vez que pisas el embrague. Si lo notas, es que se está desgastando. El olor a quemado puede desembocar en incidencias más graves, así que no lo dejes pasar y pon solución. Es cierto que este olor tan desagradable lo notarás en situaciones especiales. Lo normal es que te percates del mismo en subidas pronunciadas o en un momento en el que el tráfico es muy intenso. Es ahí cuando el embrague está haciendo un mayor esfuerzo.
En ocasiones, no todo es percatarse de ruidos extraños, cambio en la sensibilidad u olores que no tocan. También es posible que se transmitan pequeños detalles, los cuales son la muestra de que algo no está yendo bien con el embrague. Uno de esos detalles son las vibraciones. Hay veces en las que los conductores no son capaces de diferenciarlas con respecto a lo que produce el estado del asfalto de la carretera, pero lo cierto es que debes ponerte en alerta porque igual la hora de cambiar el embrague del coche.
Para terminar, hazte a la idea de que un embrague dura entre 100.000 y 200.000 kilómetros de media. De todas maneras, en función de por dónde conduzcas y cómo lo hagas, estos datos pueden variar de manera ostensible.